CÓMO ENVEJECEMOS
Envejecimiento y Senescencia
Como todos saben, el envejecimiento se manifiesta comúnmente por la pérdida progresiva de diversas funciones fisiológicas y la disminución de la resistencia a las enfermedades. Todo lo que contribuye a una mejora general de la salud participa en el "bien envejecer". Contrario a una idea preconcebida, la enfermedad no es en absoluto una fatalidad. Desde este punto de vista, todos los productos de nuestro catálogo pueden desempeñar un papel específico para ayudarte a "Vivir mejor, más tiempo".
Las ciencias biológicas y médicas también han demostrado que nuestro potencial de longevidad es genéticamente de 120 años. Ante este número, se puede medir el progreso que se podría lograr en la gestión de nuestra salud. En cualquier caso, ¿a qué corresponde el proceso de envejecimiento y cómo anticiparlo? Tres teorías complementarias son las más aceptadas en la actualidad.
El Reloj Biológico
Una cultura celular no sobrevive indefinidamente. En cada duplicación de ADN, el telómero, que es un apéndice ubicado en el extremo del cromosoma, se acorta. Cuando alcanza una longitud crítica, la célula deja de dividirse y muere. Parece que la capacidad de regeneración de nuestras células está "programada" para no perpetuarse indefinidamente. En este sentido, no hay una solución que pueda ofrecerse en la actualidad.
El Estrés Oxidativo
La segunda teoría del envejecimiento se basa en el hecho de que todos los seres vivos deben protegerse del oxígeno, a pesar de que lo necesitan crucialmente para vivir. De hecho, el proceso por el cual las mitocondrias (que son de alguna manera las centrales energéticas de nuestras células) utilizan el oxígeno conlleva a la formación de radicales libres, los superóxidos. Estas moléculas extremadamente reactivas destruyen moléculas cercanas oxidándolas. Alteran inexorablemente el código genético de las propias mitocondrias, que terminan por producir cada vez menos energía y más radicales libres. Así, los superóxidos no inician el envejecimiento, pero acentúan el proceso. Se puede paliar esto mediante el uso conjunto de vitaminas, minerales, aminoácidos y otros nutrientes específicos.
Debilitamiento del Sistema Inmunológico
Finalmente, los cambios que afectan al sistema inmunológico podrían ser responsables de la aparición de enfermedades crónicas. Este ya no parece siempre capaz, después de cierto tiempo, de distinguir con precisión sus propias proteínas de las proteínas extranjeras. Esto lleva a la aparición de autoanticuerpos, que hacen que quienes los producen sean mucho más propensos a desarrollar cáncer y enfermedades cardiovasculares. El envejecimiento inmunológico está estrechamente relacionado, además, con el envejecimiento de las glándulas endocrinas, cuya función es producir hormonas. Entre estas, la dehidroepiandrosterona (DHEA), considerada hoy como la "madre" de otras hormonas, desempeña un papel predominante. La disminución de los niveles de DHEA a lo largo de la vida se percibe como uno de los marcadores del envejecimiento. Sin embargo, optimizar este nivel puede ayudar, entre otros beneficios, a prevenir transformaciones en el sistema inmunológico.
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