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DOSSIER

Meditación de conciencia plena

El poder del espíritu
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Fue relegada a las medicinas denominadas "alternativas" durante mucho tiempo. La meditación, gracias a los últimos resultados concluyentes obtenidos por los neurocientíficos, va a ocupar un lugar cada vez más importante en nuestro arsenal terapéutico, al igual que la alimentación o el ejercicio físico son factores claves de nuestra salud.

Al comienzo, la meditación nació probablemente de la contemplación de los primeros fuegos encendidos por los hombres. Fuegos protectores contra los animales salvajes, fuegos que calentaban, fuegos que cocinaban los alimentos y después, fuego que se contemplaba sentado alrededor del hogar y, de ahí, los primeros interrogantes de nuestra existencia.

A lo largo de la historia de la humanidad, los seres humanos han comprendido que la materia no era todo y que el cuerpo y el espíritu estaban intrincados íntimamente.

En la actualidad, ciertamente no se tuerce ninguna cuchara con la única fuerza del pensamiento, pero se puede hacer mucho más que eso: mejorar no solamente nuestro bienestar físico sino también nuestra salud física.

¿Cómo? No abordaremos aquí las causas agravantes, ampliamente debatidas, que son la mala higiene de vida y las contaminaciones medioambientales, y que alcanzan en la actualidad un gran consenso para decir que ahí residen los motivos principales del deterioro de nuestra salud.

Pero, entonces ¿cómo curar, mediante la práctica de la meditación, con la única fuerza del pensamiento?

Los últimos estudios de los neurocientíficos llevados a cabo sobre el tema han dejado estupefactos a los investigadores del mundo entero. Las estadísticas son inapelables: la meditación ejerce una acción preventiva y curativa sobre determinadas patologías. Es cierto que no tienen la pretensión de curar un cáncer en fase terminal, pero se han establecido mejoras muy significativas.

A los budistas tibetanos no les van a sorprender estas publicaciones. Para ellos, la meditación forma parte de su día a día. No sabrían disociar el ser material del espíritu, donde ningún diagnóstico se establece sin el estudio previo del psiquismo del paciente.

Finalmente, vemos que podrá establecerse una coexistencia constructiva y apasionante entre los progresos de la medicina convencional y el saber milenario construido por pueblos en total simbiosis con su entorno y su conocimiento intuitivo de las fuerzas del espíritu.

La meditación de conciencia plena

La técnica de meditación a la que nos referimos aquí y que es objeto de investigación experimental, denominada más específicamente "meditación de conciencia plena", es una técnica de meditación inspirada en la meditación tibetana. Su principio: tomar conciencia del instante presente y de todas las sensaciones percibidas, internas o externas.

Durante la meditación, los acontecimientos de pensamiento y las sensaciones llegan progresivamente y de manera natural. Las sensaciones no deben ser interpretadas ni focalizadas sobre acontecimientos pasados o futuros, sino que deben ser concentradas únicamente en el instante presente.

La conciencia plena no debe ser confundida con la religión; en cambio, se plantea los mismos interrogantes sobre el sentido y los misterios de la vida. Tampoco es un ejercicio de relajación: es preciso la inversión personal antes de experimentar todos los beneficios.

Aspecto práctico: cómo meditar

 

Para iniciarse en la meditación, es preciso instalarse con calma y en una posición cómoda. La posición más característica es sentado en el suelo, descalzo, con las piernas cruzadas. Es la posición del loto. Puede resultar difícil de realizar. Puede preferir la del medio loto. El cuerpo está recto, la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo y los brazos ligeramente extendidos reposando sobre las rodillas, las palmas de la mano orientadas hacia abajo. En la tradición budista, las posiciones de las manos, o "mudrās", acompañan a la meditación para la percepción de otras sensaciones, por ejemplo, la palma de las manos orientada hacia el cielo, denominada mudrās cósmico. (ver croquis)

Se recomienda, en particular, la posición del loto (o del medio loto), pero la meditación puede practicarse también sentado sobre una silla o un sillón. Para las personas que guardan cama, puede practicarse en posición tumbada. Algunas personas que realizan meditación y que están bien entrenadas pueden incluso meditar de pie y andando.

La práctica de la meditación es incluso más benéfica cuando tiene lugar en un entorno natural: montaña, campiña, bosques, playa... En esta situación, la contemplación y las percepciones del entorno son más evidentes: olores, ruidos, vientos... se funden con los elementos, todos nuestros sentidos están alerta. En el medio urbano, haz la meditación en tu hogar y con calma, y trata de realizar una práctica en el exterior tantas veces como puedas meditando más largamente de lo acostumbrado.

Una vez instalado, cierra los ojos, y comienza a tomar conciencia de tu propia respiración controlando las primeras inspiraciones y expiraciones. Deja venir los acontecimientos del pensamiento sin forzarlos, sin analizarlos, sólo concentrándote en el instante presente. Siente los estímulos exteriores e interiores, mantente neutro, no hagas ningún juicio, los acontecimiento vienen y desaparecen. Después, sepárate poco a poco de los acontecimientos, y conviértete en un simple observador. La duración de las meditaciones que son objeto de estudios se eleva a 20 minutos diarios, pero esto no es nunca un dogma. Se trata de adaptarse a tu realidad y a tus necesidades.

El poder del espíritu sobre el cuerpo

Los mecanismos que permiten al cerebro reaccionar a los estímulos de la meditación son muy complejos e incluso subsisten procesos no elucidados. De manera general, se puede decir que la meditación reconfigura el córtex cerebral. Las principales patologías curadas por la meditación son: el estrés (gracias al refuerzo de las defensas inmunitarias); el envejecimiento celular, implicado en una multitud de patologías, que se derivan del mismo, como los procesos inflamatorios crónicos.

CLo que es fascinante ahora, es que los científicos han podido visualizar, en su pantalla, mediante las técnicas de formación de imágenes cerebrales y de análisis bioquímico, las fuerzas del espíritu. Han podido destacar los estímulos que ejerce la meditación sobre determinadas regiones del cerebro. De este modo, este último fabrica sus propios analgésicos.

Práctica ancestral de la humanidad elevada a su apogeo por el budismo tibetano, la meditación nos reserva todavía horizontes nuevos sobre el desarrollo de uno mismo y las formidables facultades del espíritu sanador.

Meditación y olores

De todos nuestros sentidos, el olfato es el más implicado en nuestras percepciones emocionales. También es el sentido más precoz: desde la 7ª semana de gestación del feto, las células olfativas establecen conexiones con el cerebro. En el nacimiento, el recién nacido percibe los olores de la madre y de la leche materna, estableciendo de este modo sus primeras percepciones y sus primeros intercambios con su madre.

El cerebro posee tantas "cerraduras" como hay moléculas odoríferas "claves". Es capaz de distinguir miles de olores diferentes. Cosa sorprendente: desde su concepción, nuestro cerebro tiene todos los receptores específicos de estos olores. Los olores influyen en nuestros estados emocionales, nos condicionan para decirnos lo que es bueno para nosotros: olores de bosques, de oleaje, de frutas... El cerebro nos advierte, mediante los olores percibidos como malos. Los olores estrictamente naturales acompañan eficazmente las sesiones de meditación.

En casi todas las civilizaciones que practican la meditación o los ritos espirituales, los olores, difundidos principalmente mediante la fumigación, son preponderantes. En el origen, el perfume - del latín per fumum (mediante el humo) - es una práctica relevante de lo sagrado: no podríamos comunicarnos con los dioses sin estar acompañados de volutas de humo oloroso. Muchas plantas aromáticas ejercen una acción real sobre la mente, unas veces estimulante, otras tranquilizante.

En mis trabajos sobre la formulación de perfumes que utilizan exclusivamente esencias naturales, cada vez que utilizaba el sándalo en mi órgano de perfumería, observaba enseguida que este olor actuaba profundamente sobre mi mente. ¡Me procuraba casi instantáneamente un bienestar emocional! Pocos olores tienen un efecto tan potente como el sándalo. En el budismo, ocupa un lugar destacado, el olor transformaría los deseos y mantendría la atención de las personas que se ejercitan en la meditación. Otras plantas tienen propiedades también sobresalientes como: la madera de agar, denominada más comúnmente "agardwood" con notas místicas; la resina de incienso, origen de todos los primeros perfumes de la historia; el pachuli, cuyas hojas fermentadas evocan las notas del sotobosque y la sensualidad; así como la cáscara y las hojas de una gran variedad de cítricos con notas vivas y frescas.

Christian Pamies
perfumista

 

Para saber más:

"SCIENCE & VIE" (Ciencia y Vida), octubre de 2013, nº 1153, " Guérir par la pensée. La preuve en 15 expériences" (Curar mediante el pensamiento. La prueba en 15 experiencias).

Méditer, jour après jour – 25 leçons pour vivre en pleine conscience ( Meditar, día tras día - 25 lecciones para vivir con conciencia plena) - Christophe André, psiquiatra - Éditions de l’Iconoclaste

L’Art de la méditation (El arte de la meditación), Matthieu Ricard - Pocket

Où tu vas, tu es – Apprendre à méditer pour se libérer du stress et des tensions profondes (Adonde vas, eres - Aprender a meditar para liberarse del estrés y de las tensiones profundas), Jon Kabat-Zinn - J’ai Lu

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